Saturday, August 12, 2006

* MARQ MALEEV: una leyenda pagana y surrealista






El alocado derrotero poético del enigmático MARQ MALEEV por los callejones oculares de la imaginación, compilado por Carlos Ferreyra (Villa Constitución) y Fernando Marquinez (Rosario)



SOBRE MARQ MALEEV

Hemos de observar y referirnos a este mundo con la triste y certera imagen del poeta José Martí, quien dijo que el mismo se asemeja a "un ala rota". Sin embargo, algunas veces suceden actos o apariciones que nos devuelvan a la utopía soñada del vuelo. Este es el caso de la epopeya apolítica y desenfadada de la dupla Syestovski - Maleev o Maleev – Syestovski (para evitar enfrentamientos entre los bandos alentadores de uno u otro de los poetas a los cuales nos referiremos).
Nos encontramos frente a la encrucijada de duetos más impresionante que nos ha deparado la historia vernácula y poética de nuestros últimos tiempos. Cuando en mis agobiadas pupilas se reflejó la apocalíptica imagen sobre una "divinidad preñada de incertidumbre y de amordazados gritos de labios minusválidos" comprendí que una nueva fibra en mi ser había sido rozada.
De manera sedienta y adicta intenté devorar una tras otra las frases de estos trozos de cadáveres o poemas que habían llegado a mis manos en situaciones confusas y mágicas. Pero para mi triste expectativa sudamericana, tuve que conformarme con dos tríadas con variaciones (como reza la nota introductoria a Remanente Fotocéntrico, caótica plaqueta sagrada que estamos degustando).
Se tornaría denso y sin sentido enumerar una por una las imágenes que estos poetas nos han querido mostrar; aunque no podrían dejarse de explicar y hasta justificarse estas líneas sin el nombramiento de una de ellas: "el profano artífice de toda sapiencia implora piedad".
Aquí queda demostrado lo que anteriormente quise argumentar y no pude lograr. Este es el plexo de este conjunto de poemas estelares y urbanos.
Cuando el hombre decide desnudar sus verdades corre el riesgo de caer en la hipocresía del mercado tanto como en la saturación moderna de la palabra amor.
El agotado verbo que se conjuga miles de veces en cada manual escolar no ha podido ser mejor expresado que en esta verdad que molesta e hiere como cualquiera de ellas. El creador de saberes nos impide piedad, el poeta nos ruega compasión, nos invita a descomprimir nuestros cerebros y reunirnos en su juego de palabras y remanentes fotocéntricos.
Debemos manejarnos con cuidado sabiendo que algún día volverán a nuestras manos estos cantos poéticos que hoy no podemos dejar de lado; he de declararme imperfecto y humano, he de admitir que ante todas las bazofias de esta tierra el poeta sabrá emerger y dar a luz una nueva voz de amor y piedad.
Festejemos y alentemos esta entrega del amigo Marq Maleev; y viajemos a otros territorios neuronales con las mundanas fatalidades del extraño H. Syestovski. Gracias nuevamente por la savia que corre entre sus venas.
Por su caballerosidad estos dos poetas pertenecen a esa raza de hombres que, en palabras de Camus "superan los obstáculos gracias al verbo y a la rebeldía".
Y en sus letras podemos deleitarnos con el sueño de un mundo menos de moda y más desnudo ante las verdades que debemos encontrar.
Hasta siempre.

D.S.
Catedrático de la Universidad popular del Escaramujo
Playa de Barcino – Barcelona Agosto de 2004



Dedicatorias halladas en los papeles de Marq Maleev

A mi padre, Velko Maleev de Bulgaria.
Al profesor Aldo Oliva.
A todos los caídos en la lucha por la patria pagana y surrealista.

* Tertulia Poética
















-1-

Cascada en luz.
Se derraman los
sueños,
se dirimen los restos
pergeñados al azar.
Caída sin faz .
En la explanada vive
una bocanada de
frío hálito,
la esperanza muerta y un deseo final.
Jamás fue, jamás partió:
el chisporroteo
del dilema no sabe de puertos.
¿Cómo se puede
naufragar así?


-2-

La eléctrica noche
donde el ave desplega en sus alas
lo obtuso del oscurecer,
la audacia del gesto
al sostenerse
lejos de un sueño vacío.

La mínima claridad
del rayo lunar adormecido,
un halo de inenarrable forma
apenas vislumbrado
entre sangrantes vestigios
y desentendida vigilia.


-3-

La triste euforia del nylon
se refracta, inútil,
sobre el pavimento que se eleva.
Las botas se clavan en el cemento
y sin embargo, se desplazan
en un arrastre erosivo y difuso.
El itinerario se marca,
repitiendo en los mapas
una disipada rémora de
locuaz insinuación
pretendiendo alcanzar
el onírico anhelo,
la triste euforia del nylon,
las ardientes botas
sobre el pavimento.


-4-

Exhumación de la imprevista gangrena
del caótico cloroformo,
donde el indescifrable destino
sucumbe en el alba
y en el filo del íntimo ser.
Destilación de la impronta única
del falaz reverbero,
fascinación extraña
de la verde sangre
del árbol gris,
de la asesina mancha gris;
donde supura el viento de la consternación
y la flamígera pira quema en destellos
la delectación que acecha
como un tigre sagaz
contenido en su ira,
contundente en su vidriado fulgor.
Casi como un espasmo
de puertas cerrándose tras tibios pasos,
se teje la inconclusa herida
del atuendo que oculta
las verdades del mundo.

Friday, August 11, 2006

* Canto a la Baraja

















-1-

El oro disimula su
atuendo, el brillo
opaco que se abisma en
la hebra del desdeño,
dejando en su paso
una vaga caducidad,
alterando
los minutos de las cortezas
desgajadas.


-2-

La copa insiste su
plenitud, la ínfima
abundancia que se otorga en
la lujuria del banquete,
diezmando en su nombre
un inconcluso bálsamo,
maniatando
los grifos del imán
alterado.


















-3-

La espada infiere su
herida, la inminente
sangre que se vaticina en
el retumbo del combate,
concertando en su respiro
una siniestra proclama,
desfigurando
los trazos del semblante
refractario.


-4-

El basto se erige sobre
la fortuna
y las evocaciones del
melancólico tahúr;
agravando en cada
partida, hartas dolencias,
inútiles ensoñaciones de
un infinito vacío
de plegarias y redenciones.

* La Oscilación del Azar


-1-

La oscilación del azar
multiplica a los verdugos,
oprime la tonalidad del método
e impulsa la morosidad
del cálculo dubitativo.
El ojo del crupier es una pitonisa
que desfragmenta la
inoportuna neuralgia del argot.
Los dados se mecen a merced
del astuto anestésico,
un atisbo prefija el lince
y cautiva al incauto.
El naipe se retuerce
en una epiléptica pirueta contra natura,
la bebida violenta a estólidos jugadores
que apuestan su cabeza.
Los nervios se estrellan,
estallan estrellas de raíz.


-2-

Una dilación,
la ilación:
dos muertes en cuentas
dos cruentas marcas.
Una lesión,
los juegos pendientes
no se hilvanan
ni entretejen
en el suelo
del ensueño.
Juega, juega
Juerguista,
dilata juerguista
el dolor en las fichas,
las fechas vencidas,
las arcas vacías.
Sueña, sueña
la suerte o la muerte
no cierran las cuentas
y
no acierta
la ilación.


-3-

En la dislexia del
otrora conteo
el metálico acólito escasea
y es casi la muerte,
la caída anacrónica
de la acústica,
la retrogradación
del naipe refractario,
fulguran
un abandonado secadío de la fortuna
que solamente
merecen los neófitos
cuando el tiempo apremia.


-4-

Sorbo a sorbo
la cábala deshace las indelebles cifras,
los números que incautan
el espesor de los sueños.
Se derrama el diamante del verdugo,
una espera de lagarto disimula y
exaspera la euforia aletargada.
Las uñas
arañan la mesa de Black Jack
(espantados peldaños del buscador de oro)
las camareras cargan masoquistas cortesías:
el whisky, sobre el paño,
apenas aguarda desnudo e insolente.

* Remanente Fotocéntrico seguido de Sinapsis en Desliz por Marq Maleev y H. Syevstoski


REMANENTE Fotocéntrico

-1-

La negra palidez del deshielo
que, agónica en el punto ciego,
vislumbra el cuadriculado botón
del fastidio blanco sombreado,
lejos del remanente fotocéntrico
y del impacto del televisor,
el visor
que obtura la brevedad de la secuencia.

La congelada claridad que
resucita en los ojos abiertos
verifica el lineal tajo
del éxtasis grisáceo,
el camino espiral acerca la totalidad
del éxodo eléctrico,
cuando el telón
desintoxica la eternidad del film.



-2-

Televisores que agonizan
su eléctrica respiración,
sustanciosa antropomorfia de la pantalla,
muere la negra palidez,
la luz asesina el cuadriculado botón,
en la mudez parlante,
una auspiciosa tristeza amanece cuando
muere el remanente fotocéntrico.

La acústica exhalación
revive la incandescente
vibración del imán
tensado por el eco
del elíptico claroscuro,
reparándose en la verborragia
del silencio; anocheciendo
el desfavorable júbilo
de la inmensidad periférica.



-3-

Palpitante vacío nos prepara para el
remanente fotocéntrico
de tubos catódicos y televisores viles
que emiten imágenes de negra palidez,
la fútil irradiación de
un cuadriculado botón que
amenaza luz.

Degradada plenitud nos sorprende con
la unívoca totalidad
de ondas sonoras y compasivos transistores
que perciben texturas del blanquecino ruido,
la primordial adopción de
un ojo circulado que
beatifica oscuridades.




SINAPSIS en desliz


-1-

El espejo sangra por la rajadura
sinapsis del goteo,
jadeante exhuma el hálito lineal
de gélida mueca, de gesto profano
y certero,
de increpados gemidos,
de paroxismo gutural.

Transparencia coagulada por la embestida,
desconexión de la caída serena
entierra el ventarrón elíptico
de candente ausencia, de divinidad
preñada de incertidumbre,
de amordazados gritos
de labios minusválidos.



-2-

El profano artífice de toda sapiencia
implora piedad.
El paroxismo gutural lo ha alejado
de su cauce
y ahora navega en su rajadura sinapsis,
en su nueva narcosis.
Un hálito lineal alcanza a deletrearlo
en toda su extensión,
en el horizonte brutal.

La sagrada absolución de la ignorancia
reniega de la crueldad,
la suave seda la acerca a
la playa, encallándola en la
sólida abertura
de la lucidez.
La inspiración entrecortada no logra
parafrasear su breve,
serena y suave verticalidad.



-3-

La blanca nariz extraña
el hálito líneal,
el egoísmo profano
destruye la verticalidad aparente,
paroxismo gutural en la garganta muerta:
la tráquea sonríe en la rajadura sangrienta
que el cuchillo dibujó
extrañando la sinapsis.

La negra entraña escarba
el vacío germinal,
la celeste misericordia
construye la verídica extensión,
holganza silábica en el labio vivo:
la boca entristece en la límpida adherencia
que el viento borró,
rememorando la catatonia.

* Consteladas Obsesiones

















-1-
La copiosa degradación
del ciclo
temporal
desprende el
silogismo vaporoso.
Del mismo modo,
las lamentaciones
trepan incansables
hacia la nadería astral.
La insípida sublimación
del proceso
espacial
domina la
afirmación errónea.
Fuera de órbita,
consteladas obsesiones
apenas se disimulan
en el ambiguo tópico.


-2-

Arrinconado temor
se oculta dentro del Ser.
Como una brusca deformidad,
las palabras buscan
el hueso primordial,
el lento fuego
que transfigura la imagen sepia.
El extenso calor
prefigura el invisible tacto del humo.
Así,
el Arte comienza
a tejer las telas
de un doble tramado,
de un doble recorrido.
Los trazos
se esconden sumisos y antojadizos,
en el centro de la herida
que se renueva
a sí misma,
perdurando, oculta,
dentro del Ser.


-3-

Alérgicas cremaciones
del polen infértil,
anodinas resonancias
del eco parasitario
provocan las
estampidas
del ácaro fatal.

La infecciosa respiración
disemina en su aliento
sanguinolentos coágulos
y precipita
estigmas intangibles,
la energía
del fastidio,
el fallido falsario
de toda premonición.


-4-

Este es el final,
las cabezas ruedan, esteparias
y se anteponen al gramo del nervio.
El calor aterroriza justo en el círculo,
premeditando el vómito de fuego,
para quedarse un momento
lejos del cálculo improvisado,
lejos del inefable y apoteótico
instante.
El ojo del gatillo
agonizante en el dedo,
y el cañón,
ya impaciente,
prometen el humo.

Thursday, August 10, 2006

* El Lagrimal Estremecido y otros poemas



-1-

El lagrimal estremecido
por el anatema
del olvido,
la entrecortada simulación
del instantáneo delirio
en fuga,
entre ígneos artificios
y desvanecidas súplicas
levitan y se erigen
en
última mirada
ante la desesperación
de un espejo.


-2-

Anclado reino del
famélico interludio.
Saturnal semitrino
de lunáticas secuencias.
El agusanamiento del
plexo no atisba los huracanes,
no reconoce los hallazgos.
Selenitas cadencias
se deshacen
en la albura de los síncopes.
En el incesante eclipse
se ocultan aullidos.


-3-

El laurel, la dádiva.
Un devaneo estéril
suprime el ritmo del celo
y adorna la supuesta
máxima de nimiedad.

La estrechez del deseo
desoye al vértigo petrificado.
Desde la irreal punta de la esfera
una ilusión abreva
en los estanques de la mentira.
Se revela la mortaja
de un corazón meditabundo.
Lejos,
sanguíneos goteos
marcan cadencias,
la parte, el todo, la nada.



-4-

Afantasmados relámpagos
destacan el reflejo
de una pálida joya
gastada por
bolsillos aduladores.

Lujuriosos temporales
detienen los bríos,
un crudo lamento
decantado
por estériles pompas
en deriva.

Metamorfosis de las cavernas,
cajas suspendidas del tronco,
las flores acuden
sin alivio
a la ceremonia infinita
de los nervios.


-5-

La información eólica
clausura el cauce y el valle
deletreando aleteos selváticos.
En la calcinación paródica
se fagocita el infierno
caníbal;
es el hervor esmeralda
de la viscosa savia.
Entre la liana y el sigiloso pantano
increpa el paciente zumbido
del insecto en su cripta.
En laberíntica trama
marmórea,
la mantis celebra su ardid.



-6-

El río nace del agonizante día
impregnado de saltos y escollos
dibujando claroscuros,
donde el rostro se confunde
y enciende.
El agua funérea del cauce
irrumpe mefistofélicamente
en la sangre,
su Leteo nos regala el olvido,
la imprecisa certeza
de nuestro infierno
cercano y curvilíneo.




-7-

Dementes deportados
hacia el predio del horror
en sus cápsulas asoladas de risas y azotes,
casi una elegía,
un efecto invernadero
que prolonga el esquivo alarido
de un holocausto salino y vaporoso.
Insanos desmembramientos
en las indefinidas costas
de un mar anclado y varado.
Desvanecidas tormentas de azufre
junto a corales
y arrítmicos peces
bailan la triste danza de la dejada arena:
es todo lo que la inútil playa muestra.





-8-

El carnaval
de la dulce sangre
envenenada
se enmascara en la
pamplina del trivial
y pueril atalaya.
Sobre el muro,
posada sobre la soberbia
del imberbe
embelesado por
el bálsamo,
se deshace
una última ruina
de resina
en los labios.





-9-

El deterioro que no menoscaba
la articulación
se resquebraja
en micrones de huesos
ante la perplejidad
y la inanición
del átomo.
El simulacro que aguarda
el epitelio
se victimiza
en protones de escoria
y desterradas partículas de polvo
no cesan en su avatar
de derrumbe.



-10-

Si deseas tu escarabajo de oro pálido
y pulido nunca te metas en el barril de amontillado.

P.Garrigan


El deforme ojo
dispara el homicidio.
Relojería de imanes en desuso,
ciegas joyas
de necrofílico ataúd.
Delatores corazones
de audibles culpas
disipan letanías
de un recóndito subsuelo.
Latidos letales
alimentan
el monstruoso aleteo
de la obsesión permanente.
Ante el apremiante
interrogatorio
las tablas palpitantes
desenmascaran el ardid.


-11-

Monstruosa decapitación de
la armonía,
fatal destello de la última nota,
miserable destierro de la circunde forma;
advenimiento de la incandescente
luz servida
desaliño del acorde
densidad de dentelladas
el sonido del vacío y el hambre
la fragancia que se obstina
en corcovado ostracismo
y termina por extraviarse.




-12-

El estertor de la euforia
contenida,
cavilante en sus pasos
cansinos,
incita la anestesia de
la innúmera digitación
del goteo clepsidral.
Ciega de libros,
entreviendo
el dormido caos,
la tensión
sacraliza los tiempos.


-13-

El dolor
trashumante
y la vitalidad
sedentaria
anticipan los
solipsismos descarnados.
El malabar
profundo de la variedad
distorsiona
la débil voluntad.
El disparo anochecido
se vuelve digerible y precario
marcando
la estela entristecida
del temporal,
la última mascarada
desenfocada del rostro
en el espejo de la pólvora.




-14-

La indecisión del
quebrantado perímetro,
meros aislamientos
en la disipación del
impacto electrostático.
Una sumida consecuencia
se abdica en
permanentes lejanías,
ciertas irradiaciones de la
luminiscencia del fósforo.

La conmoción
del deprimido volumen,
pura prognosis
en la propagación de
un vahído acústico.
Disipada agonía
se enrola en
diluvianas certezas,
otra efusiva somatización
de percudidas arenas en descenso.



-15-

Chispas edulcoradas
de humedad,
desertadas por la miríada
del tornado.
La persecución del
espectral vacío del bramido
deconstruído
depara en la fugacidad
de su figura retentiva.
El horror de las pesadillas
discontinuas, la
alternancia de las brumas oscilantes
son el prólogo de un despojo,
un avinagrado nudo
que elimina el señuelo,
que asigna el caos.


-16-

La indigerible letanía
vendrá a desleír
en el perfume lunar,
anunciado mortíferas fugas,
cavidades cosmogónicas,
desaires de un álgebra
disparado en un eco tonal y expansivo.
Así, en ácida caída,
en taludes desgarrados de
serpentarias angustias,
se activa la conciencia homicida.
Sus aladas luces celebran
la espera intensiva,
el fuego de acuáticos
espejos,
la paciente terapia
de las horas,
la noche
infectada en shock
de relámpagos,
los gritos
ahogados en el abismo
crepuscular del círculo.





(31)

La fosca encarnación
del desangelado
encantamiento del frenesí,
ante la alerta del tiempo,
aletarga ensoñaciones,
impone la
impronta copulación
del sanguíneo aguijón
frente a una esporádica claudicación
de la espora vacía.


-17-

El efluvio de un grito mudo
precipita élitros policromados,
holgazanas áureas
del septentrional cauce.
Los estallidos
del reflujo obnubilan
órbitas del
fatal desenlace,
un mutismo empedernido
impregna su terror consustanciado
por invisibles delaciones.
La proteína de lo sensible
se agota en un breve parpadeo
rayano a lo marmóreo.



-18 -

La fantasmal serenidad de
las pupilas
presas de una misma suspensión,
atempera su nebulosa
retención en el limbo.
Fugaces en detenida luminiscencia,
las chispas se consumen en la plena degradación,
y los focos,
los otros ojos,
entristecen la pura ceguera de la esfinge.
No detona el perdigón encriptado
en la ola,
persiste en su obtusa demora,
nutriéndose de
innecesarias dioptrías anegadas
que ostentan la voluble sensación
de lo impenumbre.




-19-

La vorágine del opiáceo
sobrelleva la oscuridad del torrente,
múltiples harapos presienten
alucinaciones desgajadas,
intervalos de la estupefacción.
Las bocanadas dilucidan el preciso instante,
galaxias encarnan el encendido juego
de la antorcha y su polución dramática.
El imperio del tortuoso recorrido
dispensa bálsamos,
aleatorias panaceas
ajenas al fugaz motivo del columpio.
Alaridos acercan espantosas visiones,
fisonomías
de un talismán artificioso
que promete
de una arqueada vértebra
los estrambóticos crujidos.




-20 -

Cabellos de cristal de cáñamo
se agitan
ante la nada que ríe
a expensas de
luciérnagas de sal.
Titilantes aguaceros dominan
el sonoro juego sobre el junco.
La madera flagela el curso
de lo húmedo,
evapora los signos
de un diezmado vidrio
postergado por el calendario
insolente de los ciclos.


La visión tornasolada
se destila
en la descolorida pupila de
un exaltado ocaso.
Pequeños filamentos
se deslindan
en crípticas negaciones.
La ebullición del océano
sumido por los rayos
emana desde el herrumbrado arquetipo
un espacio ininteligible
que logra propagarse
con estigmática constancia.



-21-

Un mar de oscilación
pendular designa entre
la arena y el sol
suntuosos
lindes de un intervalo sináptico.
Condenados puentes
trazan fragmentos
seculares de fibras cognoscentes.
Bajo una sed
que apura veleidades
insostenibles,
un agua de estéril cause
se vierte entre suntuosas galerías
del despojo inminente
y mogotes de sal,
arpegiando en rojizo contrapunto,
unos ojos encallados por
cenagosas derrotas.
Tras los cristales desolados:
el tiempo se estanca en la
persistencia del follaje taciturno;
ante la desleída córnea:
la brisa retentiva
de un simulacro de magulladuras.


-22-

Despliegues de un electro ansioso
de caducidad
en el único hueco que la placa obstina.
La irrealidad del humo agotado,
el agobio de un soplo repentino
de alcohólicos manifiestos regados en la mesa.

Llevaste la luna al juicio coherente,
insanas eclosiones perduraron en los
erizados derrames de podrida inocencia.
Nuevas mentiras comenzaron a parirte
para nivelar la perfidia colestérica.
Maquillaste el cadáver de la noche
en su umbral,
en tus ojos no flamearon crepúsculos.
Descansa, Syestovski...
ya no mirarás tras tus lentes
botellas al amanecer...






-23- (en colaboración con Syevstoski)

Cascadas de pánico
y herencias del sodio
eclipsan
el oro y el plancton,
manjares sumergidos
de fantasmagoría.
En quejumbroso habitáculo
ciénagas de sudor y pudor
enferman las
fronteras del magma,
resquebrajan
invertebrados y prosaicos
arroyos,
expandiendo
las aguas putrefactas
de un sueño interfecto.


-24- (en colaboración con Syevstoski)

Pincelados hastíos de tabaco
juramentos pretenciosos de goces
confesión ocular de los vicios necesarios
naftalinica visión atormentada
siniestras pendencias de mórbidos tugurios
desechos fálicos de lo que era cerveza
mingitorios que plasman hartazgos de amoníaco
insoportable habladuría de la pose
tétrica pantomima del rimmel deforme
profilácticos que se suicidan entre las piernas
desfiles de manos y dedos
en los relámpagos de Onán
demoníaco sermón de la resaca a cuestas,
la acrobática dejadez de la fracasada vuelta
anuncia la metempsicosis del periplo nocturnal.

Saturday, August 05, 2006

* Cantos del Coyote Hambriento


El periplo del venado y el coyote. Embriagadas flores. El hambre de los tigres. Vaticinios y sacrificios. Cómo se llega al rostro vacío. La otredad infinita. Oráculo. Las plumas del ketzalli. Altivez cromática. Un ocaso fantasmagórico. El príncipe agoniza. Tambores de la lluvia. La falsa luna se muestra a los hombres.


-1-

El sol pierde sus hebras de oro catarata
y un gangrenario halo se encarna
en la tierra invisible.
El venado y el coyote reconstruyen
sus periplos
sobre una odisea de embriagadas flores.


-2-

La jugada del destino se agazapa
en lo más hondo del árbol,
negra,
como el hambre de los tigres
que estremecen el jade,
escarlata,
como el quetzal pincelado
de encajes auroras.


-3-

Un borramiento anticipado
por vaticinios y sacrificios
delata decadencias en el soplo solar
entre esqueletos conquistados
por la narcótica savia
de esmeraldas madreselvas
buriladas en claves lunares.


-4-

Como a un laberinto
de candados encriptados
se llega al rostro vacío,
con el collar del vértigo
de águilas
enceguecidas
por el huracán
del ojo de tinta negra.


-5-

Las tribulaciones no suspenden
las flores.
El claroscuro
del dual interrogante
palpita en la batalla interior,
su horizonte terrenal
busca correspondencias
en la otredad infinita.


-6-

El cantor sabe de la fugacidad
del oro y las plumas del ketzalli,
el jade sabe de templanzas y de bríos,
los tambores saben de rituales
y alabanzas.
Pero un rojo pájaro de presagio
atemporal,
cual oráculo entristecido,
interroga al Dador de Vida en cada trino
sobre visiones de velas y de yelmos.


-7-

Lluvias de cromática altivez
perpetúan en la tierra
descarnados acólitos,
espadas que sesgan
las flores,
los rostros,
la tierra.
Rodean la escena del arco iris
aves oscuras de un devenir guerrero.
El silencio desprendido
anuncia un ocaso fantasmagórico.


-8-

Papagayos dorados,
las sonajas y el cacao,
penachos sobre el príncipe
que agoniza,
Estéril, su pulida marcha
avanza hacia un cenit mortecino,
en los tambores de la lluvia
incendiados por un canto
condenado a la evanescencia
de la duración.


-9-

Un fulgor mantiene en vilo
al trueno comprimido,
los enrejados estallidos
lucen incapaces de perforar
sus redes inconexas.
Dormidas en el nervio,
pacientemente aguardan
certezas sumergidas
en mortuoria palidez.
Estigmáticos inciensos,
enajenados rituales,
pervierten y desfibrilan
contemplaciones.
Desmayada,
paranoica,
la falsa luna
se muestra a los hombres.


En memoria de Nezahualcóyotl

COMPILADO POR Fernando Marquinez y Carlos Ferreyra
Rosario, octubre de 2004.
Texcoco, 1472.

Friday, August 04, 2006

* Oscurecimientos por Marq Maleev y H.Syevstoski



-1-

Interrupción
sin sentido,
puro desmedro obnubilado,
visión semi-onírica saturada, temprana,
con leve dejadez, cautivando la predicción post-trance.
Bajo la lengua, el ardor hace estragos
en la luna y el agua mineral.


-2-

Los dormidos libelos
tiemblan encarnizados en cada rincón
soñando aquellos tristes flagelos ateridos.
Una pequeña dosis inyectada de hambre
sacude en la tempranía del bíblico despertar
la ostentosa timidez del subsuelo sacro.


-3-

Armazones caídos y gastados,
casi mágicos,
puertas congeladas por gritos inasibles,
desvarío ingrato de la sagaz especulación,
Casi enmascarada por la tonal vibración
de estadios conquistados por los cúmulos
atestados de horror.


-4-

Una mudez de guitarra muerta
reza ensueños para aquellos que no se aletargan.
Notas se despiden
en raída luz balbuceante.
El canto vomita desmedidos flagelos sonoros,
arrítmicos arpegios de las luces dominantes.
Una sorda secuencia continúa exprimiendo
entre el falso verdor.


-5-

La muchedumbre nace en la flor del andrajo
y transforma el periplo astral
en codiciosa rutina.
Las miradas se enajenan y contagian a todos.
Remendados de vapor, los rostros
encierran subterfugios
mientras conspira en soledad
el mendigo acartonado,
silencioso, pero altivo en su venganza anhelada.


-6-

El calor arremolina los pasos
en la escalera que conduce al tedio.
Llega el anonimato aterrador que acalambra libertad.
Los rostros son meros reflejos de lo poco
que llevan dentro.
Un sinuoso susurro de ínfima agonía
acompaña el tímido reptar
que transita tieso hacia el averno prometido.


-7-

Desmarcadas figuras,
violencia del mármol apagado.
Un cigarro humea su negrura
entre gajos y sopor.
Música enraizada en diamantes locos
coagula derretidas estrellas
sobre el nylon.


-8-

Ojos fundidos en sortilegios,
siniestra contradicción del
ambiguo chaleco.
Apelmazadas quejumbres,
la irrisoria gota
se estampa en el lamento contingente.
Un trino vacío de sustancias
estalla rendido entre las rejas.
Mientras tanto, en lento caracol,
un asilo germina para nunca detenerse.


-9-

La boca apenas lo sostiene
pero cae, sin sentirse, el cigarro moroso.
La tarde se mimetiza
con el diamante loco,
ella sabe que no le queda solución.
El encierro es previsible y lógico
pues su mente siempre ostentó
una desmarcada figura
taciturna, eterna, irresoluta.


-10-

Las lloviznas han apelmazado
las pequeñas formas que realizan
el presente.
Un aleteo de recuerdos
permanece
enclaustrado en sombríos asilos
de siniestra contradicción
de lúgubres estandartes.


-11-

Especula la fuerza,
maniatado diamante loco,
que en su periplo violáceo
muestra la desmarcada figura
del hospicio,
en donde cigarros aparentes
traen la realidad.



-12-

Vejestorio enérgico
que puebla con desvaríos
los asilos,
siniestra contradicción
de egoísmo y dádivas sincopadas
entre las ofrendas
que honran al apelmazado rey.


-13-

Un reptil en la pupila
se verticaliza soñando encierros
mientras un calidoscopio de retinas
muere en diáfanas gotas de espejo.
Encadenamientos de pasos discontinuos
borran la médula de todo contrapunto,
una definitiva prisión
en la bilis del tiempo.


-14-

La ventana nos conduce a la sangría,
la terapia de lo febril
descansa en la materia prístina del ojo.
Una calibrada yema
oscila en el vacío,
fabrica los pulsos de ausencia,
tenebrosas aislaciones,
respiros in crescendo.
La sombra del filo
anticipa la sangre prometida.


-15-

El frío tiene un diente cariado,
donde vive el hielo que escupe la gente.
Sobre la apenada palma
de Lester Young
sucede la caída vegetal del tiempo
y una gangrena hecha muñeco de nieve
desenmascara un anacrónico cadáver
de espejos briznados
mientras Walt Disney congela una pantalla solar
y enmascara hombres en su garganta.


-16-

La oscura grieta aterra al abrirse
bajo el reflujo marmóreo de una escama.
La sucesión de demiurgos soles
atiniebla con visiones fantasmas.
Apacibles jengibres pre-digeridos
riegan entrañas
y caen despojados,
sin vacilación desmedida.


-17-

Todo muere en el deshielo.
Un verde rodar se decanta góticamente
y caen los señuelos insoportables de puro radar.
Humedades se dibujan
en cristalinas criaturas,
murmullos de diluvios dañando crisoles
con la intensidad de la absoluta frigoría
de lo álgido.


-18-

Disparos del gel de un iglú.
La arcana sangría del imán
vertebrando la lluvia de oro polar.
Peces y vodka en la boca
usufructuante del planeta
que sobrevive a la desgastante
mimesis del recuerdo.
La materia núcleo del miedo
sacude la forma
y aterriza el sin sentido.

Wednesday, August 02, 2006

* Tiniebla Ocular por H.Syevstoski


“Bien sabía yo que detrás de aquellos cristales negros no había nada, pero precisamente era esa NADA lo que en definitiva más me imponía”.
( Ernesto Sábato).



-1-

Coloquio de paisajes rotos,
paisajes siempre nocturnos.
Onírica vigilia de añorar
lo oculto tras el delgado telón
(que ni siquiera existe).
Mirando el suceder de días
a través del vocabulario ajeno
e ignorante
de quien abre los ojos.
Caminando a través de animales
ahorcados.

Una imagen de tiniebla es la
que se fue,
un pedazo de infierno,
un grotesco,
un antojo de la divinidad
que mueve las piezas.


-2-

Con la espalda llena
de no alas,
con el plexo decrépito,
sin llanto, sin hambre,
sin grito,
con la virtud ocular exorcizada
privada de la alquimia
de los sentidos.

Te miro soportando
el eje podrido en el
que giras,
imagino el reclutamiento
de odio tras la viscosidad
de tus párpados,

pero con sagacidad
me entrego a tu terca
violencia de amarillos
paisajes,
en donde la entraña
aguarda la luz
en cataléptico estado.


-3-

La minuciosa tempestad,
rememora la capa esclerótica
que ofusca al vidrioso iris,
temerosa (sin lágrimas)
reclutas almas
para clavarlas,
en la cuenca que tus brazos
extendidos
dejaron sobre el pecho.
Lascivia de reptil sobre
tu lengua virgen,
oídos que me ven venir,
anuncian al intrépido tacto
que es necesario correr
hacia el camino donde
parece que finalmente
una luz quema la piel.


-4-

Un abrazo a la noche,
con pesadillas de sangre
sincopada,
con restos de un gélido infierno
en donde el aire transporta
partículas de Brahms,

desvencijando las blasfemias
necesarias,
me deshago,
mientras crece un germen
de miradas abortadas;

me apuñala la increpante
acústica de la amargura,
y decido asustarme,
enroscarme y devorarme;
para escapar de tu mirada
de blancos bastones.

Tuesday, August 01, 2006

* Colaboraciones de Marq Maleev



EL ARO EN LA LENGUA
(Colaboración para Antología de escritura colectiva)

Palabra travestida
en disfónica resonancia,
deslenguados ocasos
del atavismo desmembrado,
mensajes que naufragan
en el ritmo estertóreo
por la académica orgía
del diccionario flameante,
vocablos en celo,
metáforas parricidas
en el gemido del tono,
entraña nociva
del carcomido corpus,
obtuso embrión
del neo-abecedario,
sílabas dispares
del paria enajenante,
polvareda sintáctica,
disonancia del alomorfo,
la invertebrada prosopopeya
del agónico récipe,
lo ciclópeo del neologismo:
de un hipérbaton
es
la respuesta:
el aro en la lengua.


EN LOS MÁRGENES DE LA NOCHE
(Poema a modo de prólogo)

El dolor abraza, abrasa
y los ojos no llegan;
la muerte se instala
en cada sábana, y cada mirada
se despierta inocua,
aguardando la señal de avanzar
hacia la cima de todo,
hacia la sima del
débil cuerpo
que se entrega a la penumbra.
En cada metro cuadrado del mundo
se rebela el alma, se revela
la vigilia, y el olvido
destella un éxtasis de cielo de hormigón.
La lluvia y el viento
son ensueño y llanto,
gélidos páramos entre
besos invertebrados;
desamparos de mejillas
tejen recuadros de muerte
en órbita profunda.
El despertar sin memoria,
los vidrios inertes que reflejan la espalda,
rejas del abrazo del aire,
horizontes amarillos en la boca del cobarde.
Acaecidos pájaros del
macro tedio;
grises estrellas que tiñen las nubes infiltradas,
aguas de indiferencia,
gotas de azar en la costa de la espera.
Humo y carbón apuran
suicidios gloriosos,
estar o crepitar,
el último instante de vida entre
nubes frías sobre el reloj,
fugaces condiciones de una
enigmática realidad.
Suenan melodías dictadas
por el azar de un humo
que forma el presente.
Aún quedan vestigios de un mar.

* NOTAS por Carlos Ferreyra y Fernando Marquinez



NOTA SOBRE TERTULIA POÉTICA

Poco sabemos, o mejor dicho , nada sabemos de Marq Maleev, desde ese frío atardecer que compartimos a la vera de la ruta, cuando se descompuso el colectivo que nos traía desde Villa Constitución, justo en un lugar bastante descampado. El estaba entre el pasaje, cuando nos apeamos. Nos invitó con unas petacas de licor, sacó una baraja de cartas españolas y nos invitó a jugar al chinchón por dinero.En los 45 minutos que duró nuestro encuentro, mientras esperábamos el otro colectivo, casi no habló. Sus facciones eran muy extrañas, estaba plagado de tics, tocaba su nariz reiteradamente y tosía. Parecía tener unos treinta y cinco años, tal vez más o menos. Anotaba el tanteador en un papel bastante sucio, con manchas cuya composición prefiero no imaginar. De más está decir que nos sacó el poco dinero que llevábamos, dejándonos ebrios y desplumados.. Al despedirnos, nos entregó el mugroso papel, anotando una dirección (por supuesto, falsa) y prometiéndonos la revancha. Nos encontramos con estos escritos fragmentarios que casi no corregimos, exceptuando algunos trazos ilegibles para los que usamos, nuestra imaginación y que decidimos dar a luz, mientras esperamos otro fugaz encuentro con este extraño personaje.

Carlos Ferreyra y Fernando Marquinez
Villa Constitución- Rosario, noviembre de 2003.



NOTA SOBRE TERTULIA POÉTICA apócrifa

Poco sabemos, o mejor dicho , nada sabemos de Marq Maleev, desde ese frío atardecer que compartimos a la vera de la ruta, cuando se descompuso el colectivo que nos traía desde Villa Constitución, justo en un lugar bastante descampado. El estaba entre el pasaje, cuando nos apeamos. Nos invitó con unos porros y unos pases, sacó una baraja de cartas españolas y nos invitó a jugar al chinchón por dinero.En los 45 minutos que duró nuestro encuentro, mientras esperábamos el otro colectivo, casi no habló. Sus facciones eran muy extrañas, estaba plagado de tics, tocaba su nariz reiteradamente y tosía. Parecía tener unos treinta y cinco años, tal vez más o menos. Anotaba el tanteador en un papel bastante sucio, con manchas cuya composición preferimos no imaginar. De más está decir que nos sacó el poco dinero que llevábamos, dejándonos drogados y desplumados.. Al despedirnos, nos entregó el mugroso papel, anotando una dirección (por supuesto, falsa) y prometiéndonos la revancha. Nos encontramos con estos escritos fragmentarios que casi no corregimos, exceptuando algunos trazos ilegibles para los que usamos nuestra imaginación y que decidimos dar parcialmente a luz, mientras esperamos otro fugaz encuentro con este extraño personaje.

Carlos Ferreyra y Fernando Marquinez
Villa Constitución- Rosario, noviembre de 2003.



NOTA(2) SOBRE CONSTELADAS OBSESIONES

El destino ha echado sus cartas y de manera artera nos ha llevado hacia un nuevo derrotero de sucesos. El apremio por disfrutar de unas merecidas vacaciones y la carencia de medios para realizarlas, nos habían puesto en la disyuntiva de cómo poder conseguir dinero rápido a fin de poder lograr nuestro objetivo. Las posibilidades que manejábamos no eran muchas, así que confiamos todo a la diosa fortuna, quién, a dispensas del hábil destino, nos otorgó el segundo premio del TotoBingo. Con dicho módico caudal, nos emprendimos hacia la ciudad feliz. La sucesión de días se realizaba sin mayores novedades, hasta que una noche, dentro del Casino, nos topamos nuevamente con este personaje llamado Marq Maleev. Apeado en la mesa de Black Jack, se lo podía ver como, transpirando, perdía hasta la última ficha. Nos acercamos para saludarlo, pero por toda respuesta obtuvimos un mangueo de fichas a cambio de unos papeles con unos poemas de su autoría. No creo que nos haya reconocido, o tal vez sí, y actuó con astuta inocencia. Perdió hasta lo prestado, enloquecido y furioso, quiso golpear al crupier, pero la seguridad intervino rápidamente y lo sacó a patadas del Casino. Entre insultos del orden de“hijos de una gran siete, en mi casa y al chinchón no me ganan” fue arrojado fuera. De ninguna manera estos poemas valen las fichas dadas.
Carlos Ferreyra – Fernando Marquinez
Mar del Plata – Enero-Febrero de 2004



NOTA SOBRE REMANENTE FOTOCÉNTRICO seguido de SINAPSIS EN DESLIZ

Hemos oído hablar sobre los fugaces y flamígeros encuentros de Marq Maleev con un turbio personaje de la noche con el que componía cadáveres exquisitos a la manera de los surrealistas: H. Syestovski (del que sólo conocemos un lamentable episodio amoroso con una ciega de la calle Borges que referiremos en otra ocasión). Del copioso material suministrado por Maleev en nuestro último encuentro (recordarán los lectores el episodio del casino marplatense), rescatamos dos tríadas con variaciones: “Remanente Fotocéntrico” y “Sinapsis en desliz”. El goteo del alcohol fluía en forma copiosa de estas mentes que se entregaban al sano vicio de la imaginación sin fronteras. Intuímos la escena escrituraria: dos sujetos en un bar, entre copa y copa, apostando dinero en partidas de naipes mano a mano, al menos eso se deduce de los papeles maleevianos. Cuentan las malas lenguas que la oscura reputación de estos individuos y su mal comportamiento provocaban numerosos éxodos forzados de garitos y bodegones, viéndose obligados a continuar sus contiendas en comisarías de la zona, bajo la atónita mirada de la fuerza policial. Ante la total ignorancia de la policía acerca de disputas literarias, se resolvía la pronta absolución de cualquier cargo que se les hubiere imputado. Una vez libres, Maleev y Syestovski seguían caminos diferentes, amenazándose con futuras revanchas. En las variaciones poéticas, como en una payada, se jugaba otra partida, la de la palabra duelista que buscaba la muerte o tal vez un contenido para preñarse.

Carlos Ferreyra, Fernando Marquinez & LucasVini
Rosario, 2004.



NOTA SOBRE LA OSCILACIÓN DEL AZAR

En esta ocasión ofrecemos algunos datos biográficos sobre Marq Maleev que hemos recogido de fuentes fidedignas, tratando de seguir (al menos fragmentariamente) su extraño derrotero. Hijo de inmigrantes búlgaros, se establece con su familia en la provincia de Entre Ríos, a la vera del Paraná a mediados del siglo pasado. Al cumplir diez años muere su padre al ser arrastrado agua adentro por un salminus maxillosus (pez conocido vulgarmente como “Dorado”) de grandes dimensiones que intentaba capturar en un Concurso Internacional de Pesca, organizado por la prestigiosa revista “La Plomada”, realizado en Itá Ibaté (Corrientes). Luego de este terrible episodio Marq lee ávidamente una de las más grandes obras de la literatura universal: Moby Dick, y ensaya sus primeros versos rimados. Pero el trabajo que marca su vida es el libro “Playing Black Jack as a Business”, que agudiza su pasión por los juegos de azar. En la década del 80 realiza dos viajes a Las Vegas, con éxito dispar. En su segunda incursión es deportado por el gobierno yanqui tras haber tenido un altercado con la seguridad del casino “El Doble As” al tratar de introducir australes en las máquinas tragamonedas, luego de fracasar en su intento de hacer saltar, mediante una serie de fraudes, la banca en la mesa de Black Jack. Desencantado, despechado, decide incursionar en la baraja española y en la escritura psicodélica. Como no podía ser de otra manera, incluimos en esta selección, poemas maleevianos sobre su tema preferido: el azar, motor desencadenante de su literatura y sus actos de vida.

CARLOS FERREYRA –FERNANDO MARQUINEZ

Rosario, noviembre de 2004.



NOTA SOBRE TINIEBLA OCULAR

Una noche, mientras buscábamos a Marq Maleev, dimos con un espantoso bodegón que frecuentaba. Al ingresar nos llamó la atención la oscura estampa de uno de los parroquianos. Gracias a los gritos de una camarera cansada de las obscenidades que este personaje le perpetraba, nos enteramos de que se trataba de H. Syestovski, mentado amigo de Maleev, del cual ya habíamos oído hablar. Al enterarnos de tan “ilustre” presencia, decidimos invitarle unas copas. Syestovski sorprendido y emocionado ante la gratuidad de los prometidos tragos, se sentó a charlar con nosotros. La higiene brillaba por su ausencia, las paredes derrochaban humedad. Tres prostitutas miraban con desgano la escena desde una mesa mientras se maquillaban y el dueño del lugar nos escrutaba con desconfianza desde la barra. Syestovski era la Oscuridad caminando y parecía dolido. Cuánta ciega amargura brotaba de su entrecejo... Un vendaje al lado de su ojo revelaba los rastros de una pelea. “Una mujer”, dijo, “esto me lo hizo una mujer con un bastón”. Su dedo señaló la amplia herida. Pedimos ginebra a nuestra cuenta y el sujeto se soltó, la lengua destrabada empezó a dibujar las palabras. Resultó ser que Syestovski había mantenido una tórrida relación con una mujer que vivía en la calle Borges, en el barrio de Palermo. Ella era no vidente. Él le leía y pasaban largas horas caminando por la ciudad. La relación terminó abruptamente. Un día, Syestovski dilapidó todos los ahorros de su dama en las carreras de caballos y la pobre mujer tuvo que salir a mendigar por las calles, no sin antes dejar su señal en el rostro del tipo. Syestovski, que en el fondo la quería, prometió compensarla. Nos dijo que debía pagar su deuda. Nuestra invitación a unas copas, lo puso de buen humor y hasta nos regaló unos versos que compuso en el cenit de su desazón amorosa. Finalizado el diálogo partimos con la sensación de que alguien nos seguía y entonces corrimos, y corrimos, hasta que por fin amaneció.

CARLOS FERREYRA – FERNANDO MARQUINEZ